EDITORIAL

Hoy, cuando se expresa aún más a nivel mundial la situación revolucionaria en desarrollo desigual y la agudización de la contradicción principal imperialismo - países oprimidos, así como la contradicción burguesía - proletariado y la contradicción interimperialista – la necesidad de Partidos Comunistas marxistas-leninistas-maoístas que asuman su papel de iniciar y dirigir las guerras populares es aún más urgente. Sabiendo que ese es el punto decisivo, el imperialismo, la reacción y el revisionismo vienen aplicando su plan para impedir la amenaza maoísta, un plan de ”acuerdos de paz”, de amnistía y de cretinismo parlamentario para desarmar a los pueblos y difundir el revisionismo y el oportunismo en las filas revolucionarias. Parte del plan es utilizar los ”acuerdos de paz” para convertir a los Partidos maoístas en partidos domesticados, integrados en el viejo Estado, o para asesinar o detener a los dirigentes y cuadros revolucionarios. Para lograr eso, necesitan que la dirección de los Partidos abandonen los principios del marxismo-leninismo-maoísmo, o que no los apliquen a las condiciones concretas de cada país. De igual manera, necesitan que el apoyo internacional a estas revoluciones se convierta en un apoyo ”humanitario” basado en principios burgueses y no proletarios. En este contexto tenemos que ver el papel del nuevo revisionismo (la ”nueva síntesis” de Avakian, la traición revisionista en Nepal etc.) y toda la lucha dentro del movimiento comunista internacional y entre todos los grupos y organizaciones de apoyo.

El Partido Comunista del Perú, en medio de la situación compleja de la guerra popular y la lucha contra las líneas revisionistas y oportunistas en Perú (la LOD y la LOI), sigue asumiendo su papel de fracción roja en el movimiento comunista internacional, llevando a cabo la lucha de dos líneas a nivel mundial, en defensa de los principios de la clase y contra los planes del enemigo. El Partido sigue aplicando el pensamiento gonzalo para superar los problemas nuevos que se presentan en la guerra popular, y sigue aplicando nuestra Línea Internacional en la lucha para defender los principios del maoísmo a nivel mundial – y nuestra revista es parte de esta lucha. Es decir, cuando defendemos el principio de la violencia revolucionaria, cuando defendemos el principio de Jefes y Jefatura basado en la aplicación creadora del maoísmo a las condiciones de cada país, o cuando insistimos en el principio de critica y autocrítica, contra el principio de la conciliación, no es por imponer la política del PCP a los otros Partidos, y no significa atribuir ”validez universal al pensamiento gonzalo” – lo que sí significa es defender los principios del maoísmo partiendo de las experiencias del proletariado internacional y la rica experiencia del PCP de la lucha contra los planes del imperialismo, la reacción y el revisionismo en Perú.

Los maoístas nos distinguimos de los revisionistas en que rechazamos toda “solución  transigente” con el enemigo. Cuando el enemigo cínicamente nos acusa de ser “violentos” debemos responder “sí, estamos por la violencia revolucionaria, estamos por iniciar la guerra popular para destruir las fuerzas reaccionarias y todo el viejo Estado, y principalmente para construir el nuevo Estado, conquistar el Poder en todo el país, construir el socialismo y continuar la marcha hasta el Comunismo con guerra popular”. Cuando nos acusan de ser “autoritarios” debemos responder “sí, estamos por la dictadura del proletariado en marcha hacia la sociedad sin clases, el Comunismo, y estamos por defender  nuestros jefes y Jefaturas proletarias, porque en ellos se expresa la experiencia y la posición más avanzada de toda nuestra clase”. Lo contrario es aceptar y asumir viejos principios burgueses de pacifismo y democracia burguesa, los cuales la misma burguesía ya ha abandonado hace siglos. Difundir estas tesis burguesas en nuestras filas es precisamente parte del plan del enemigo, y es la tarea reaccionaria a la cual sirven los nuevos revisionistas y los grupos de apoyo pequeño burgueses.

A nivel nacional e internacional, las condiciones objetivas para la revolución son magnificas. El mayor levantamiento de las masas del mundo contra el imperialismo, la crisis general y las contradicciones internas del imperialismo, la crisis política de la democracia burguesa y la mayor decadencia de la ideología burguesa; todo eso constituye una situación que llama a los comunistas a tomar su responsabilidad. ¡Que el maoísmo pase a comandar la nueva gran ola de la revolución proletaria mundial!